Mapa de visitas

Número de visitas

mesothelioma lawyer
free counter

jueves

CINE: 300

La película 300 de Zack Snyder, estrenada en 2007, se presentó como la adaptación de la novela gráfica que Frank Miller realizó en 1998 y publicó originalmente en cinco números sobre la Batalla de las Termópilas. De modo que no estamos ante la recreación de un hecho histórico, sino ante la recreación de una recreación de un suceso acaecido en el año 480 antes de Cristo. Digo esto porque la película ha de verse como la lectura audiovisual de un texto icónico-verbal previo, más centrado en el heroísmo dramático y la violencia que en la reconstrucción documental de lo que puedo suceder en el desfiladero de las Termópilas.

Más allá de esto, es muy probable que pocos o muy pocos de los que hayan visto el filme y hayan salido sobrecogidos por su estética y la fuerte carga emotiva de la historia narrada hayan leído a Herodoto o conozcan los verdaderos acontecimientos históricos, sin duda heroicos, que sirven de base argumental al texto. Es muy posible también que muchos de los que estén al tanto del evento histórico narrado, hayan olvidado que el espartano que dirigió el ejercito griego en la batalla de Platea, que en la película sirve como forma de llevar a cabo la prometida venganza por los héroes muertos, fue Pausanias, tutor del hijo de Leónidas, quien se pasará no mucho tiempo después de ese triunfo al bando de los persas, de quienes recibirá un territorio en Bizancio y Sestos para que, por cierto, lo gobernase como tirano, o que la alianza entre Esparta y Atenas, en la II Guerra Médica, no se mantuvo posteriormente, deseosos ambos países de dominar al resto de las polis griegas: la verdad no siempre es lo que quisiéramos.

El cine es ficción, como lo es el cómic, pero eso no significa asepsia, inanidad; por el contrario, cualquier ficción cinematográfica posee, como todo acto sémico, una dimensión perlocutiva consustancial, pues busca siempre conseguir algo del que lo recibe. En el caso que nos ocupa, basta, para darse cuenta de ello, con hacerse algunas preguntas (el recurso a la mayéutica socrática resulta muy pertinente, por esclarecedor, en estos casos): ¿por qué todos los buenos son perfectos y los malos son extraños, deformes, incluso monstruosos y deshumanizados?, ¿por qué Jerjes es un ser andrógino de cuya garganta surgen una extraña amalgama de voces, una de ellas casi femenina, y sus adornos de rey, collares y piercings extravagantes, son más apropiados de una drag queen, como la protagonista de Priscilla, reina del desierto, que de un rey de los persas?, ¿por qué el comportamiento valiente, noble, inteligente, de la reina debe justificarse y, así, cuando habla por primera vez, un emisario persa se asombra, obligando a Leónidas a declarar “Ella puede hablar lo que quiera, nuestras mujeres dan a luz espartanos”?, ¿por qué la voz en off, además de narrar lo que estamos viendo, nos lo explica?, ¿por qué el espartano Leónidas parece unas veces un ilustrado defensor de la libertad individual y, otras, un despótico sargento de hierro?, ¿quiénes eran los éforos? y ¿por qué son presentados como seres libidinosos, deformes, traidores y corruptos?, ¿por qué los adversarios de los héroes espartanos tienen físicos extraños y anómalos -recordemos al verdugo con hachas en vez de manos o al contrahecho traidor Sfialtes-?, ¿por qué casi todos sus enemigos cubren su cuerpo, corroído o deforme, mientras los soldados espartanos muestran en todo su esplendor un físico admirable, perfecto en todos los sentidos?, ¿por qué, a la dureza y el rigor del campamento espartano, se opone la blandura, opulencia y lascivia del persa? o ¿por qué el resto de los griegos apenas entran en combate y se presentan, además, como débiles y temerosos? Sin duda, éstas y otras muchas preguntas de este tipo brotarán con facilidad tras ver la película.

Como señaló el crítico griego de cine Robby Eksiel, probablemente el auditorio quedará impresionado con la “acción digital”, pero seguramente también a muchos les decepcionará e irritará, incluso, las “ostentosas interpretaciones y los personajes unidimensionales” de este estéticamente sorprendente, aunque narrativamente imperfecto y tendencioso filme.

This is sparta. Los dejo con esta escena:

No hay comentarios: